¿Vale la pena ser desafiante en la escuela?

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¿Vale la pena ser desafiante en la escuela?
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Vídeo: LICENCIATURA 8vo 2020 2024, Julio

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Anonim

Durante la escolarización, se forma una personalidad colectiva en el niño, que se muestra en la relación entre el estudiante y las personas que lo rodean. El modelo de comportamiento elegido juega un papel importante en este proceso, que a veces puede ser bastante excéntrico.

Una de las características de la psique de los niños es el deseo de oponerse al entorno de los compañeros, atrayendo cada vez más la atención de la sociedad. A veces, para esto, el niño elige un modelo de comportamiento muy no estándar, que linda con la sociopatía. Este fenómeno es bastante común y bastante comprensible, pero esconde una serie de problemas que requieren una resolución obligatoria. Por un lado, el deseo de destacar como comportamiento desafiante puede considerarse normal, pero el deseo de ir más allá de las normas morales y sociales debe evitarse en todos los sentidos.

Comportamiento de comunicación con sus compañeros.

En el círculo de amigos, el estudiante tiene el derecho pleno y legal de destacarse, enfatizando su propia personalidad. A menudo, el principal factor determinante para determinar el curso seguido por un hombre o una niña para determinarse a sí mismo como persona, más valioso que los demás, es la moda y sus tendencias correspondientes. La paradoja aquí es que el niño busca mostrar individualidad mientras actúa en un vector completamente opuesto, obteniendo atributos que indican pertenecer a una cultura definida por el mismo tipo de mayoría. En lugar de seguir la dirección del desarrollo frente a la multitud, lo que realmente hace al niño único, busca saltar por encima de su cabeza en la masa general de su propia especie. Un ejemplo de esto es la ropa de moda, una forma de comunicación, distorsiones en el habla y fascinación con los objetos de arte que son característicos de la mayoría de los niños. No siempre es bueno cuando un reclamo por un bien nace en la cabeza del niño, no respaldado por la situación material de los padres o, por ejemplo, por sus propias habilidades. En lugar de elegir otra forma de desarrollo más adecuada, el estudiante comienza a comportarse de manera demasiado desafiante, a veces inadecuada, lo que ya no se puede dar por sentado.

Relaciones con profesores

La brecha entre generaciones de docentes y estudiantes es enorme, lo que se expresa en el conflicto de puntos de vista, principios morales y normas de comportamiento social. Sobre esta base, a menudo surge un conflicto que define al maestro a los ojos del niño como un interlocutor molesto que no tiene ningún poder real sobre él. Por un lado, el niño debe comprender que esto es así, pero aún así no es necesario cruzar la línea de respeto. Nadie obliga a uno a aceptar el punto de vista dictado por el maestro, pero escuchar y tratar de comprender la esencia del problema para una persona madura e interesada no solo es fácil, sino que también es muy útil.